martes, 21 de abril de 2015

Berlioz: Sinfonía Fantástica


“Episodio de la vida de un artista”.




Programa:

“Un joven músico, de sensibilidad mórbida y ardiente imaginación, se envenena con opio en una crisis de desesperación amorosa. La dosis de narcótico, demasiado débil para provocarle la muerte, lo sumerge en un pesado sueño al que acompañan las visiones mas extrañas; sus sensaciones, sentimientos y recuerdos, se convierten en sus cerebro enfermo en pensamientos e imágenes musicales. La mujer amada se ha convertido para él en melodía, algo semejante a una idea fija, que encuentra y escucha por doquier”.
La obra cuenta con cinco movimientos:

1) Sueños y pasiones: “Al principio solo recuerda la inquietud del alma, esos momentos de melancolía y gozo sin causa alguna que experimentaba antes de ver a la que ama; luego el amor volcánico que súbitamente le inspiró, sus momentos de angustia delirante, de rabiosos celos; después el retorno a una ternura cariñosa y el consuelo religioso”.

2) El baile: “Ve a su amada en un baile, en medio del tumulto de una brillante fiesta”.

3) Escena en el campo: “En un atardecer de verano en el campo, oye a dos pastores tocando un ranz-des-vaches (melodía que los pastores suizos cantan o también ejecutan en sus trompas rústicas para llamar al ganado) en diálogo alternado; este dúo de los pastores, la escena que lo rodea, el ligero murmullo de los árboles agitados por la brisa, esperanzas recientemente concebidas, todo se combina para devolver a su corazón una tranquilidad inusitada e impartir un colorido mas alegre a sus pensamientos; pero ella aparece otra vez; el corazón del músico deja de latir, lo agitan penosos pensamientos: ¡si fuera a traicionarlo...! Uno de los pastores reanuda la inocente melodía, el otro ya no le responde más. El sol se oculta... el sonido de truenos distantes... soledad... silencio...”.

4) Marcha al suplicio: “Sueña que ha matado a su amada, que lo condenan a muerte y lo van a ejecutar. La procesión avanza en los sones de una marcha que es a veces sombría y a veces salvaje, a veces brillante ya veces solemne. El sonido sordo de las fuertes pisadas sigue sin interrupción. Al final, la idea fija reaparece por un instante, como un ultimo pensamiento de amor al que da fin el golpe fatal”.

5) Sueño de una noche de aquelarre ó Sueño del sabbat: “Se encuentra presenciando un sabbat de brujas, en medio de un espantoso grupo de fantasmas, hechiceros y toda clase de monstruos que se han reunido para sus exequias. Oye ruidos extraños, gemidos, estrepitosas carcajadas, aullidos a los que parecen contestar otros aullidos. Aparece nuevamente la idea fija; pero ha perdido su carácter noble y tímido; se ha convertido en un aire de baile innoble, trivial y grotesco; ve incorporarse a su amada al sabbat de las brujas... rugidos de alegría celebran su llegada. La ve tomar parte en la diabólica orgía... campanas doblan a muerto, en una parodia burlesca del Dies Irae. La danza de las brujas y el Dies Irae se escuchan juntos”.

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